Para los electricistas poner un precio al propio trabajo puede ser un dolor de cabeza. Así es que hoy veremos cómo hacer un presupuesto de electricidad domiciliaria.
En el presente artículo trataremos de proveerte de ciertos tips para que puedas tasar tu trabajo como electricista, sin quedar anclado a los vaivenes de la economía (que en Argentina son muchos).
Si bien es bueno tener un poco de cintura a la hora de negociar el valor de un trabajo con un cliente, nuestro margen de negociación debe tener un límite que habremos de conocer de antemano. Es decir, si sabemos que estamos ante un cliente mezquino de esos que pelean el precio, podemos empezar con una cifra algo superior, como para lograr un número favorable tras el regateo. Pero bajo ninguna circunstancia, se debe comenzar dando un presupuesto alto que tras el regateo termine siendo muy modesto porque eso hará que no nos respeten como profesionales.
Fijar un valor para nuestro trabajo y sostenerlo donde lo creemos digno, puede que nos haga perder clientes que no le dan la importancia a la preparación y profesionalismo de un electricista.
Eso no debe generar desánimo pues siempre es preferible ser elegidos por buenos y no por baratos. Los electricistas que regalan su trabajo deben tomar muchas más obras para reunir un ingreso que les permita vivir, lo cual genera que muchas veces no le den la debida atención a sus tareas, no puedan cumplir con los compromisos asumidos y eso puede ser hasta peligroso para sus clientes.
Siempre que pasemos un presupuesto debemos acompañarlo de un currículum actualizado que demuestre nuestra capacitación e idoneidad. A la par, si la obra requiere la compra de materiales, corresponde especificar marcas, modelos y cantidades. La calidad de los mismos también hará al valor integral de nuestro trabajo.
Si bien en un presupuesto no vamos a incluir detalles como planos y otra información que pueda utilizar otro electricista en nuestro lugar, sí debemos presentar de forma escrita y clara todas las tareas a realizar y los materiales a comprar. Incluiremos el valor en la moneda que corresponda y el plazo de validez de dicho presupuesto. Esto último es crucial en economías como la argentina, donde los valores pueden variar de momento a otro y un cliente pretender beneficiarse con esto varios meses después.
Este es un punto complementario del anterior. En el presupuesto también se debe incluir el tiempo que llevará hacer el trabajo y cómo deberán ir efectuándose los pagos o adelantos. Por ejemplo: si estamos ante una obra mediana o grande, la primera entrega de dinero deberá cubrir como mínimo el 50% del valor de los materiales. Si la obra es chica, será el total.
Otro punto a incluir es el período de garantía del trabajo realizado, acompañado por sugerencias de uso y mantenimiento de la instalación en cuestión, como para no tener que responder por un uso negligente de parte del cliente.
Si bien puede llegar a haber ciertos parámetros razonables acerca del costo de cada tarea, no se puede presupuestar un trabajo en electricidad con una tabla que no admita grises. Precisamente porque el trabajo del electricista está lleno de matices: no será lo mismo presupuestar una tarea dentro de en una obra grande que esa misma tarea de forma aislada; no tendrá el mismo costo trabajar en un circuito vivo que teniendo la posibilidad de cortar la electricidad; etc.
Todos estos pasos pueden parecer abrumadores en un primer momento, pero es lo que nos ahorrará discusiones con los clientes, gracias a la claridad y transparencia de cada paso a realizar.
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