¿Qué es un circuito eléctrico? Es el itinerario que sigue la energía eléctrica, sea dentro de una casa o dentro de un artefacto.
Básicamente tiene los siguientes componentes:
Generador de energía: es el productor de la electricidad, gracias a la capacidad de sostener una diferencia potencial entre los extremos o polos. ¿Un ejemplo bien simple? La pila.
Conductor: es el elemento que conecta los dos extremos que mencionamos en el punto anterior. El conductor más común es el cable en cuyo interior tiene hilos de cobre u otro metal. A través de dichos hilos circulan los electrones originados en el generador.
Interruptores: suspenden o restablecen de manera manual el paso de energía. También se conocen como pulsadores o conmutadores.
Receptores: son los responsables de transformar la corriente energía eléctrica en energía mecánica (motor), lumínica (lámparas) o calórica (resistencia).
Medidores: permiten saber los niveles de diversos valores relativos a la electricidad, como los amperímetros, voltímetros o directamente, multímetros.
Elementos de protección: resguardan al circuito de sobrecargas y otras alteraciones. Algunos ejemplos son los fusibles, interruptores diferenciales, etc.
En este caso, los artefactos se encuentran conectados de manera secuencial. Los electrones van recorriendo ordenadamente cada aparato, pasando por todos y cada uno de ellos, como si fuesen un trencito. La intensidad de la corriente es la misma en todas las partes del circuito.
En este tipo de circuito, en cambio, cada grupo de electrones circula por un solo artefacto y no por el resto. La intensidad de la corriente del circuito, estará circunscripta a la resistencia del artefacto en cuestión. A mayor resistencia, menor cantidad de electrones circulando y en consecuencia, menor intensidad eléctrica.
Según el tipo de señal generada, los circuitos se clasifican en corriente continua o alterna. En función del régimen operativo, en periódico, transitorio o permanente. Por último, según la clase de elementos con los que trabaje, en electrónicos o eléctricos.
De forma previa a la instalación de un circuito eléctrico, se suele realizar un esquema, representando cada uno de los elementos con un símbolo estandarizado. Esto puede realizarse sobre papel o con alguna aplicación o programa informático.
Cuando se utilizan conductores sólidos, los electrones son quienes portan la carga eléctrica. Por el contrario, cuando existe una disolución iónica, quienes portan la carga eléctrica son dos: los cationes (carga positiva) y los aniones (carga negativa). Dentro de un mismo campo eléctrico, unos y otros se moverán en direcciones opuestas.
Si de lo que hablamos es del sentido de la corriente, estará determinado por aquel que llevan las cargas positivas. En otras palabras, el opuesto al que lleven los electrones.
Esto se explica porque la corriente tiende a fluir desde los puntos de un mayor potencial (extremo positivo del generador) hacia los de menor potencial (extremo negativo del generador).
En términos prácticos y concretos, se trata de circuitos que tienen la función de encender una o varias luces, desde dos o más conmutadores distintos. Por ejemplo, un pasillo largo por lo general tiene una tecla al principio y otra al final. Nótese que no utilizamos la palabra “interruptor” sino “conmutador”. ¿Cuál es la diferencia? Por fuera, ninguna. Pero por dentro, mientras que el interruptor tiene solamente dos contactos, el conmutador tiene tres.
También existen conmutadores de cuatro contactos o bornes: los conmutadores de cruzamiento.
Lógicamente los circuitos de corriente alterna son muy distintos a los de corriente continua, aunque se mantiene la clasificación de circuitos en serie, paralelos o mixtos.
En el caso de la corriente alterna trifásica, existen por lo menos tres conductores o fases, en lugar de dos como en la corriente monofásica o continua.
Los circuitos podrán ampliarse añadiendo a los nombrados, conexiones en estrella, en triángulo, en zig-zag y en V.
Y ya vamos cerrando el presente artículo antes de ponernos demasiado técnicos.
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