De los servicios públicos, la corriente eléctrica es uno de los más delicados por la peligrosidad que puede suponer un error humano al trabajar con ella. Pero veamos por qué la electricidad puede ocasionar incendios y otros accidentes.
Frecuentemente los llamados incendios eléctricos se producen por cuestiones del cableado de la vivienda o por la falla de algún artefacto doméstico. Sin embargo, no son pocos los casos provocados por imprudencias de los usuarios, como la sobrecarga de los tomacorrientes mediante el uso de triples y adaptadores (que están prohibidos).
En el caso de los electrodomésticos, el incendio suele iniciarse debido al mal estado de sus cables de alimentación: en contacto con materiales inflamables como muebles de madera, cortinas o alfombras, todo puede terminar de una manera trágica.
Otra variante del incendio a causa de los electrodomésticos, es la que ocurre cuando se conecta un enchufe de tres patas (es decir, con descarga a tierra), en un tomacorrientes de dos. Es común que a falta de la ficha adecuada, utilicemos un adaptador de tres patas a dos, dejando la pata de la descarga a tierra afuera. Como consecuencia, cuando hay sobretensión o corto circuito, no hay nada que absorba dicha corriente y puede generarse un incendio.
Las artefactos de iluminación también pueden generar incendios eléctricos. Esto se da cuando se usa una lámpara de una potencia que sobrepasa la capacidad recomendada del dispositivo. Para prevenirlo, se sugiere verificar y respetar las potencias máximas permitidas.
Como adelantáramos más arriba, otra fuente de peligro son los alargadores, zapatillas, triples y adaptadores. La opción más segura es no utilizar ninguno de esos instrumentos. Conectá un solo cable a un tomacorrientes, en el que coincidan perfectamente la pieza macho con la hembra. Si eso no ocurre, llamá a un electricista matriculado para que coloque el tipo de tomacorrientes que corresponda y solo de manera excepcional y temporaria, usá un adaptador o triple.
Los electrodomésticos que generan calor por resistencia son propensos a la provocación de incendios eléctricos cuando son usados con descuido. Esto pasa cuando dejamos la plancha de la ropa enchufada y apoyada en posición de planchado o si dejamos una estufa eléctrica (por ejemplo las de cuarzo) muy cerca de material combustible, como una cortina.
Por último, encontramos la instalaciones eléctricas viejas como causa de accidentes. Cuando una casa tiene más de veinte años y su instalación eléctrica también, el riesgo de sobrecarga es mayor. Como ya dijéramos en otro artículo de nuestro blog, la demanda energética ha aumentado porque la cantidad de electrodomésticos promedio también ha crecido. Luego, el grosor de los cables de 20 años atrás o más, no está preparado para el nivel de consumo actual. Entonces, en caso de ausencia de un interruptor diferencial o bien de que éste sea tan viejo como la casa, la corriente no será debidamente interrumpida en caso de sobrecarga y allí tendrá lugar un incendio.
No sobrecargues los tomacorrientes. Recordá: un solo enchufe por tomacorrientes. No utilices triples ni zapatillas.
Ante cualquier inconveniente o sospecha de riesgo, contactate de inmediato con un electricista profesional matriculado.
No manipules recipientes con líquidos cerca de artefactos conectados a la electricidad. Un derrame puede desencadenar un cortocircuito.
Instalá en tu red un disyuntor diferencial y llaves magnetotérmicas.
Leé las instrucciones de todos los artefactos que tengas, para usarlos de modo correcto, especialmente en lo que refiere a instalación, encendido y apagado.
Todos los tomacorrientes y los electrodomésticos, deben tener descarga a tierra.
No tapes la ventilación de los artefactos eléctricos, colocándoles cosas encima u obstaculizando la circulación de aire.
Cada vez que salgas de tu casa, dejá todos tus equipos apagados o desconectados. Para desconectarlos nunca tires del cable.
No tomes el riesgo de reparar un artefacto eléctrico si no sabés cómo.
Hacé revisar de manera periódica toda tu instalación eléctrica, por un electricista profesional matriculado.
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