La eficiencia energética tiene la finalidad de disminuir el consumo de electricidad para reducir costos, al tiempo que se gana en sustentabilidad ambiental y se reduce el calentamiento global. ¿Qué mejor ámbito que la escuela para comenzar a ahorrar energía eléctrica? Es por eso que desde Electricista Matriculado, les compartiremos 10 medidas para ahorrar energía eléctrica en la escuela.
Apagar las luces de las aulas, oficinas, laboratorios, salones y cualquier otro espacio del edificio escolar cuando no se está utilizando. Paralelamente dichos espacios pueden iluminarse mediante luz natural, subiendo persianas y abriendo cortinas. El porcentaje de ahorro será de entre un 8% y un 20%.
Limpiar periódicamente los focos, pues el polvillo que se asienta en ellos les resta capacidad lumínica hasta en un 50%. Limpiarlos, supondrá un ahorro del 20%.
Las luces incandescentes pertenecen al pasado. La opción ecológica (y económica) son las lámparas de bajo consumo o LED. Quizás tengan un costo por unidad levemente más alto que las incandescentes, pero duran hasta 10 veces más y consumen entre un 60% y un 80% menos, de manera que a la larga convienen desde todo punto de vista.
Utilizar fotocélulas o sensores de movimiento para determinados espacios, así las luces solo se encienden cuando es estrictamente necesario y no quedan prendidas de más.
En caso de que la escuela esté equipada con equipos de aire acondicionado, no utilizarlos a temperaturas inferiores a 24° C. Por cada 2° que se aumente la temperatura, generaremos un ahorro de hasta un 20% en la boleta de luz. Según el INDEC el mayor consumo de energía en Argentina se da en calefacción y sistemas de refrigeración, por lo cual deberíamos apuntar a reducir dichos consumos o bien sustituirlos. En el caso de la refrigeración, bien puede reemplazarse el aire acondicionado con ventiladores de techo.
Si se utilizan tablets, notebooks o netbooks con fines pedagógicos, deben desconectarse una vez que las baterías están completamente cargadas, así como no se deben olvidar enchufados los cargadores, pues continúan consumiendo en lo que se denomina “consumo vampiro”.
Los artefactos eléctricos que quedan en “stand by”, como los televisores, siguen teniendo un consumo del 10%. Si no se están utilizando lo mejor es apagarlos completamente o desconectarlos.
Casi todos los equipos tienen actualmente la función de ahorro de energía. Exploremos manuales y activémosla para reducir brillo de pantalla, programar apagados automáticos en caso de inactividad, modos hibernación/suspensión, etc.
La finalidad es que tengan más luminosidad y no se requiera tanto el uso de luz artificial.
Educar tanto a docentes como a estudiantes sobre consumo eficiente de energía, inculcando hábitos, realizando debates, talleres y campañas.
Pueden formarse grupos de alumnos que de manera rotativa se ocupen por períodos de controlar que en la escuela se esté haciendo un uso racional de la energía. Por ejemplo, pueden ir apagando las luces que vean encendidas innecesariamente.
Una propuesta que contribuye a la concientización es invitar a alumnos y alumnas a llevar un registro de todas las actividades que hacen durante el día. Luego, deberán identificar cuáles no podrían realizar sin energía eléctrica. El cierre de la actividad es un debate y puesta en común.
Se trata de un juego en el que participarán las familias de los y las estudiantes. La idea es hacer una lista de 5 nuevos hábitos a incorporar para mejorar el uso de la energía. Durante un fin de semana, cada familia intentará llevar a la práctica dichos hábitos, sumando un punto por cada vez que lo logren y restándolo cada vez que no. El lunes siguiente, se podrán comparar resultados en la escuela y abrir a la reflexión.