En Electricista Matriculado hoy nos dedicaremos a responder una pregunta muy frecuente de nuestros seguidores: cómo hacer puesta a tierra en mi casa.
Si hablamos de seguridad, prácticamente ninguna medida que tomemos en nuestra instalación tendrá sentido si no realizamos la descarga a tierra como corresponde.
La descarga a tierra es un sistema que protege tanto a los usuarios como a los electrodomésticos que están conectados a una determinada red. ¿De qué los protege? De las fugas de electricidad que pueden darse por la existencia de cables pelados o de aparatos que hacen masa.
Un daño al usuario puede ocurrir por ejemplo cuando un artefacto como una heladera o un lavarropas tienen un cable pelado en su interior, haciendo contacto con la chapa. Ante cualquier contacto del usuario con el aparato, sin cable a tierra se puede dar una electrocución. Por otro lado, otro ejemplo de daño, menos grave puede ser la pérdida de corriente por un cable pelado dentro de los tubos eléctricos que están en la pared. No por perdida dicha corriente deja de llegarnos en la factura de la luz, por lo cual es mejor que no se pierda.
La descarga a tierra también resulta útil para el caso de que un rayo caiga sobre nuestra vivienda, ya que será la vía por la cual saldrá del sistema eléctrico, sin quemarnos todos los aparatos. Lo recomendable sería complementar la puesta a tierra con un pararrayos, también conectado directamente a la tierra.
Si en nuestra casa no tenemos hecha la descarga a tierra, lo primero que habremos de hacer será pasar por todos los caños eléctricos, un cable de 1,5mm. Para eso usaremos una cinta pasa-cable.
Cada artefacto conectado a la red, como ventiladores o luminarias, tendrá un cable verde y amarillo que deberá conectarse al cable colocado. En el caso de los portalámparas, deberemos atornillar el cable de puesta a tierra al octogonal con un terminal.
De haber tomacorrientes de tres orificios, conectaremos el cable en el tercer borne.
Hecho esto, tendremos que dirigirnos al tablero principal y atornillar el cable a la caja. Desde allí, llevaremos un cable desnudo hacia la jabalina.
Detengámonos aquí: la jabalina puede ser de cobre, aluminio o cualquier otro metal que la haga conductiva. Puede tener entre 2 y 3 metros de largo en una sola pieza o bien estar formada por varias varillas más pequeñas.
Por último, clavaremos la jabalina en la tierra usando un martillo, previo haber echado sal para mejorar la conductividad. Si el terreno es húmedo, tantísimo mejor.
Tras hacer la descarga a tierra tal como recomienda la Reglamentación para Ejecución de Instalaciones Eléctricas de Inmuebles de la Asociación Electrotécnica Argentina, deberá medirse con frecuencia la resistividad del sistema. Esta es una manera de chequear el estado de la descarga que a su vez indicará los mantenimientos que sean necesarios para su correcto funcionamiento.
Además de las finalidades principales que ya precisamos, la puesta a tierra contribuye a prolongar la vida útil de nuestros artefactos domésticos.
Si en un hogar no hay descarga a tierra, los aparatos eléctricos que en él se encuentren van a recibir pequeñas cargas eléctricas de manera permanente. Puede que sean imperceptibles, pero en este actuar incesante pueden terminar fundiendo nuestros artefactos.
También la descarga a tierra disminuye la radiación de los equipos así como la temperatura de su funcionamiento. Mejora la potencia, la distorsión armónica. Reduce el ruido en los equipos de audio y aumenta la velocidad de transferencia de datos.
Como se ve, la instalación de una descarga a tierra no es un quehacer tan complejo. Sin embargo, siempre que la seguridad está en juego, sugerimos llamar a un electricista profesional matriculado, pues suele ser la mejor opción.